El Caballo de las Estepas atraviesa veloz "la zona técnica" del sótano, recuperado del lamentable estado en el que llegó.
Cuando esta mañana el cartero me entregó el paquete en la oficina, y lo abrí para echarle una ojeada, no vi nada raro. Pero cuando llegué a casa... Un deflector doblado, una rueda colgando de las bielas, el patín torcido... Los embalajes, perfectos. Extraño asunto, porque no creo el que me la vendió la enviara en ese estado. Puse la rueda en su sitio, enderecé el patín, me la llevé a la via... y ¡Lo que faltaba, no anda!. Lleva un decoder Tams (que es bastante flojillo), y según el vendedor, la dirección 78. Nada. Muerta.
El vendedor dice que no, que la loco salió perfecta, que le mande unas fotos. Se las mando e insiste, que no lo entiende, que si quiero me devuelve el dinero. Por lo que costó, no merece la pena gastarse otros 17 € en portes. Además, ¡Que ocasión para cacharrear!
No andaba porque el que le puso el decoder soldó (o lo intentó) la masa al chasis. Para soldar al metal de fundición hubiese hecho falta un soldador bastante potente, por lo que el trabajo no duró mucho: El cable estaba suelto. Lo atornillé a la rosca del anclaje del eje delantero y listo. El patín y la rueda ya estaban arreglados, y en cuanto al deflector, lo enderecé lo que pude y casi no se nota el "accidente".
Bien está lo que bien acaba...
Pero que le pasó a la loco en el viaje? Mucho trayecto para una veterana BR 24, cansada de las estepas germanas?
